Óleo sobre tabla texturada 35x37 2006
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La materia, una vez descubierta, ya no me abandonará. La pintura lisa tiene sus maravillas, pero pintar al óleo sobre una superficie modelada de antemano con materiales naturales me ofrece nuevas posibilidades expresivas. No se trata de bajorrelieves policromos, como los antiguos griegos, fuentes de realismo. Aquí hay apenas una insinuación de existencia. Contrariamente ala pintura lisa, los elementos tienen aquí existencia física real, con luces y sombras propias que no responden a una ilusión óptica. La frontera entre el universo de lo real y el del cuadro se licua, el observador interactúa con la obra, puesto que cambiando su posición y la intensidad de la luz obtendrá efectos diferentes, volviendo al cuadro más “vivo”, más “real”. Estos cuadros deber poder tocarse (con cuidado). El tacto ha de recrearse lo mismo que la vista, e incluso quienes no ven, pueden participar del fenómeno plástico a través de esta aproximación diferente a la obra pintada.
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